La historia del bolso es más curiosa y asombrosa de lo que tendríamos la posibilidad de haber planeado. Este complemento, tan visto todo el tiempo, resulta fundamental en algún outfit. Pero, ¿sabes cuándo empezó a llevarse bolso? ¿Por qué nació? ¿Cómo ha evolucionado hasta llegar a nuestros días?
Aquí te mostramos la historia del bolso que merece ser contada para conocer el origen de un accesorio tan básico.
EL BOLSO EN EL VIEJO EGIPTO
Los primeros indicios se remontan al antiguo Egipto. Ahí, se han encontrado jeroglíficos que detallan figuras masculinas con una clase de bolsa atada a la cintura. Se estima que se utilizaba para llevar las semillas en las plantaciones. Y en la situación de los cazadores, para llevar sus presas. Además, hay esculturas que evidencian la utilización de este accesorio.
Resulta interesante que un atuendo tan femenino en nuestro tiempo, comenzara siendo un complemento solamente masculino. Sin embargo, los tiempos están modificando y son cada vez más los que se animan a llevar bolso de hombre.
LAS ‘BOLSITAS’ DEL SIGLO XIV
La siguiente información que se tiene data del siglo XIV. Esta es la etapa donde se hicieron populares unas pequeñas bolsas de cuero que se cerraban por medio de un cordón. Además, se usaban indistintamente por hombres y mujeres, aunque con finalidades diferentes. El hombre para llevar dinero y las mujeres para llevar a cabo gala de su estatus popular. Siempre, en funcionalidad de los bordados y adornos que lucieran sus “bolsitas”.
LA EXAGERADA MODA ISABELINA
A lo largo del Siglo XVI, llegó la exagerada moda isabelina. Entre los más adinerados las bolsas pasarían a esconderse entre los pliegues de las faldas. Por esto, dicen que fue la primera aparición del bolsillo. Los pasajeros y aldeanos, en cambio, se cruzaban una extensa bolsa sobre el pecho.
LOS ORÍGENES DEL BOLSO, ASÍ COMO LO CONOCEMOS HOY EN DÍA
Fue desde el siglo XVIII cuando se establecen los orígenes del bolso, así como lo conocemos en esta jornada. La tendencia se simplificó. Entre otras cosas, se redujo la proporción de tela y se adoptó una moda de silueta más sencillo. Ya era irrealizable esconder las pertenencias en el escote o entre los ropajes. De esta forma nació el llamado “retículo”, “indispensable” o “balandrán”, y bautizado irónicamente como “ridículo”.
Estos bolsos se elaboraban en tela y podían ser bordados o muy decorados; a más grande proporción de adornos más grande estatus popular. De hecho, era condición importante en el look de toda mujer para lograr ser considerada para el matrimonio. Muy retrógrado el contexto.
Desde entonces, el bolso fue un atuendo cuya forma y diseño fue variando según las pretensiones. Además, a merced de los vaivenes de la estética actualmente.
LOS ENORMES CAMBIOS DEL SIGLO XIX
Llegada la industrialización y con la aparición del tren, las pretensiones volvieron a cambiar y de esta forma surgió el equipaje de mano. Además, las considerables viviendas popular se hicieron presentes.
En la primera década de 1900 surgirían las primeras enormes firmas. Muchas de ellas inquebrantables sobrevivientes en nuestro siglo y autoras de bolsos icónicos en el planeta de la tendencia.
En esta temporada se empezaría a diferenciar además entre los tipos de bolso. A partir de los años 20, en las décadas venideras, aparecería el “sobre”, el “clutch” o admirado minaudière.
En la década de los 60 surgiría un bolso más robusto para llevar al hombro y poder dejar las manos libres. El movimiento hippie además tendría un papel sustancial poniendo popular bolsos enormes y coloridos, propios del estilo boho chic.
Y de esta forma fue cómo aterrizó el bolso en nuestra Etapa; su finalidad y diseño fue variando. Aunque varios puntos siguen vigentes en nuestros días. La historia del bolso es primordial para comprender de dónde viene aquello tan peculiar y diario de día tras días.